2015-2016…
Hemos devenido “sistema”. Sentados en la antesala de la disolución de los discursos, con asombro y estupor nos hemos vuelto sistema, junto con el mundo.
El “sistema” es la realización irónica de la epopeya racionalista: explicarlo todo al doloroso precio de que todo se escape. En fuga como un gas, los átomos del sentido se burlan mostrándose incomprensibles.
Qué no es “sistema”: “sistema” no es sistemático, como procedimientos ordenados para conseguir un logro. No es conjunto de leyes o tesis, no es sistema filosófico o político, sistema es una maquinaria de engranajes que quiere tomar la realidad como un equilibrio de balances.