Manifiesto antisistema

2015-2016…

Hemos devenido “sistema”. Sentados en la antesala de la disolución de los discursos, con asombro y estupor nos hemos vuelto sistema, junto con el mundo.

El “sistema” es la realización irónica de la epopeya racionalista: explicarlo todo al doloroso precio de que todo se escape. En fuga como un gas, los átomos del sentido se burlan mostrándose incomprensibles.

Qué no es “sistema”: “sistema” no es sistemático, como procedimientos ordenados para conseguir un logro. No es conjunto de leyes o tesis, no es sistema filosófico o político, sistema es una maquinaria de engranajes que quiere tomar la realidad como un equilibrio de balances.

La deuda

Nacemos con una deuda, de hecho, nacemos siendo tiempo de vida “endeudado”. Nuestra vida no nos pertenece por completo. Somos vida nacida para saldar deudas, previas a nuestra propia existencia.

La primera deuda histórica proceda, seguramente, de la familia, del clan. Luego crece, se desarrolla y civiliza en la Polis. Prosigue sinuosa hacia el Estado Moderno y desemboca en el capitalismo.

Deuda de trabajo, deuda de sangre. La deuda liberal, la deuda nacionalista.

Todo nacionalismo es la promesa de pago de una deuda de sangre contraída. Morir por la patria no es el mejor destino para un hijo agradecido de su país. Sino que es la mejor forma de pagar la deuda debida: dando el total del tiempo de vida en un momento singular. Pago completo, sin aplazamientos.

Somos empréstitos vivientes, sangre y capital latente desde el momento en que nacemos. Nuestra vida no nos pertenece. Somos tiempo de vida adquirida y encargada por otros.

Sacrificar humanos en un altar o en la guerra son formas de pagar la deuda de sangre.

La del trabajo es una deuda dilatada en el tiempo, nunca termina. Es un encargo o castigo divino secularizado por la modernidad. No todo lo religioso era prescindible al fin y al cabo.

¿Podemos imaginar, al menos, una humanidad nacida sin deuda?

El desarrollo tecnológico de las fuerzas productivas no aligera la carga de la deuda del trabajo, añade cuanto menos la del aprendizaje. La cual aumenta exponencialmente pareja al propio desarrollo técnico.

¿Cuánto pagamos por el trabajo que realizamos?

Somos tiempo de vida embargado. El tiempo no enajenado es tiempo muchas veces vivido como carente de sentido. No ha sido definido qué hacer con él.

¿Está la deuda causada por el cuidado que necesitamos para sobrevivir? ¿Es una simple devolución de lo recibido? Sería, en ese caso, un trato justo. Un equilibrio que raramente se da en la realidad.

Homogeneidad cultural y globalización

La homogeneidad cultural, que tiene como tendencia nuestra época, no se debe tanto al simple intercambio cultural intensivo, sino más bien es el resultado de la conversión de la cultura en mercancía, en “producto” vendible y consumible.

Visto de forma inversa esto quiere decir que un intercambio intensivo cultural no trae consigo la homogeneidad, sino, probablemente todo lo contrario.

¿Sería la transformación de la cultura en mercancía, la condición previa para su homogeneización en nuestra época? ¿Se podría, por tanto, imaginar una “globalización” no homogeneizante?, ¿una que fuese más bien todo lo contrario?

Las diferencias, en un sistema cultural, no son borrables de forma sencilla, pero se vuelven transparentes elevando las identidades a un nuevo nivel. Es en ese nivel, digamos meta-cultural, es donde se puede operar un lifting eficaz.

En el mundo digital-cultural, en cierto sentido, no existe la diferenciación. Hoy no se puede ser diferente debido a la absorción total que ejerce la verdad globalizada-tecnificada-digital. La creación y el mantenimiento del sentido se generan en grandes círculos-atractores a los que uno no puede hacer más que acercarse.

Cuanto mayor es el círculo-atractor, mas gente es adherida y mayor la homogeneidad normativa. El círculo atractor es un esquema necesario para la gestión de datos y la segmentación de consumidores. De modo que, seguramente, es un armazón inherente a la sociedad de consumo digital.

Nadie es diferente a otro por una cualidad definida, es por ello que solo existe un elemento que puede ser ejecutable en un sistema digital informático: la cantidad.

Es en la cantidad donde es posible desarrollar un culto hacia el ego, (youtubers, influencers) que no son mas que los representantes destacados de esa “indiferencia”. Puesto que no puedes ser diferente solo puedes hacer resaltar tu “ego” en su forma mas primaria, como portavoz del círculo-atractor-verdad, aunque hables y seas casi lo mismo.

Es por todo ello que el grito de guerra debería ser: “No te unas a mí, divide”

Crono-morfismos

Si entendemos el tiempo y el espacio como dos formas distintas de llamar a la misma extensionalidad-potencial del ser (de la realidad). Entonces el tiempo y la extensión son dos nombres para el mismo hecho, dos conceptos pivotando sobre el mismo lugar. Dos perspectivas de lo mismo.

La geometría habría intentado, desde sus orígenes, acotar el espacio bajo la noción de extensión ayudada por la fascinación por la proporcionalidad. Así la extensión quedaría atrapada por la razón y sus principios. Más, si sincretizamos la temporalidad con la extensión, las formas geométricas no son solo racionales formas de atrapar la extensión sino también crono-morfías. Formas visuales de atrapar la temporalidad.

Pensado de este modo y aceptando lo anterior se podrían desarrollar tiempos geométricos o temporalidades geométricas. Es decir, tratar de responder a la pregunta: ¿Qué temporalidades desarrollan o expresan cada figura geométrica?

  • El triángulo es la “visión” concentrada de la temporalidad que se pierde en el infinito del pasado. En el ángulo que se cierra se pierde la capacidad de concebir, de distinguir. El triángulo es también el tiempo fluyendo, señala la dirección. Además muestra nuestros límites a la hora de concebir o captar, allí donde acaba nuestra capacidad para distinguir.
  • Triangle illustration

  • En el cuadrado el tiempo está constreñido, es una representación de la simultaneidad. En el cuadrado los eventos se suceden en paralelo temporal, aunque con distinción de sí mismos. Las figuras cuadrangulares tienen algo de “actualidad”, de presentismo.
  • imagen de un Cuadrado

  • En el pentágono, hexágono, octógono, etc. Se va perdiendo progresivamente la visión concentrada de lo “presente” en favor de la “captación” de la totalidad circular. He aquí una relación sutil pero fundamental entre ver y concebir. Se va abriendo el movimiento temporal hacia la infinita quietud.*

Imagen de un Pentágono

* Existe aquí una dialéctica fundamental, puesto que cuanto más llenamos de pluralidades la realidad, más nos acercamos a formar una unidad.

  • El círculo es la contemplación de la eternidad en su completitud. Todo el tiempo está contenido en él, pero sin mostrar su movimiento. A su vez es contención y plenitud.
  • RadioDiametro

    Obviamente, estas figuras cerradas no acotan los significados temporales que podemos analizar en las formas geométricas, pero sirven de aproximación.

    Habitar el espacio, habitar el tiempo

    • El presente es la cercanía y la mutabilidad.
    • El pasado es la lejanía (lo inalcanzable) y la inmutabilidad.
    • ¿Dónde está el futuro?
    • Si el pasado sólo podemos verlo a “grandes rasgos”, en lo gigantesco, ¿podemos ver el futuro en lo infinitamente pequeño y cercano?
    • Del pasado sólo podemos conocer el gran rasgo, el gran gesto, ¿del futuro por tanto sólo podríamos conocer el ínfimo gesto, lo indefinido, indiferenciado y minúsculo?
    • En nuestra “concepción” del futuro se dan la mano lo mutable (movimiento) y la intra-cercanía (lo minúsculo)
    • ¿El futuro es por tanto una idealidad ontológica? ¿Una pura inexistencia?

    Podemos explicitar la relación entre la espacialidad y lo pasado-presente-futuro del siguiente modo:

    Para un observador cualquiera el espacio inmensamente grande (y alejado) constituye el pasado. Un pasado que se ha alejado de nosotros a la velocidad de la luz.

    El futuro es lo infinitesimalmente pequeño, inabarcable por insignificante. El enigma de lo que aún no ha germinado.

    El presente sería el espacio únicamente que podemos “habitar” de forma inmediata. Lo que alcanza mi mano y mi voluntad, eso es mi presente.

    Un método para el pensamiento creativo

    He aquí un método de “concentración intelectual” para conseguir resultados creativos:

    1. Acallar el ruido de la mente.
    2. Dejar aparecer del torrente interior.
    3. Perder la familiaridad con los conceptos o la realidad habitual.
    4. Aflorar conexiones entre cosas antes inexistentes.
    5. Renacer de sentidos, significados y relaciones.
    6. Aparición de nuevos conceptos.

    Lo que podemos conseguir es algo así como una meta-noosis: una toma de conciencia, captación de una relación entre cosas o elementos que estaba oculta previamente.

    De este modo podemos obtener teorías e ideas trans-perceptivas, porque se alimentan de las conexiones entre elementos previamente alejados (a través de estados o sinestesias intelectivas)

    En ocasiones, también es posible usar la desatención: desatiende y luego súbitamente vuelve a un tema y sabrás lo que piensas de él.

    Todo esto sucede, probablemente, porque el conocimiento se nos presenta “a saltos”, porque apenas hay continuidad entre la percepción de una nueva realidad y la que poseíamos anteriormente.

    Cuando todas las palabras del exterior son un estorbo, solo hay un torrente donde encontrar palabras auténticas, y ese lugar está dentro de ti. Se trata de desarrollar una tecnología de la conciencia.

    En ocasiones, aunque parezca contradictorio, es el estar en un estado sintomático de hiperestesia lo que nos lleva a percibir sinestesias que nos abren conocimiento sobre la estructura interna del ser y de sus relaciones.

    Porque el pensar también puede ser una actividad creativa. Ni mucho menos es una actividad rígida y reservada a una minoría: es la forma en la que nos concebimos y entendemos lo que nos rodea.