“…la lucha se ha desplazado a la tensión sistema-en-estabilidad vs sistema-en-crisis. Todos los poderes por venir asegurarán un sistema más estable, esa es la lucha.”
Las luchas del presente, ¿no son acaso la extracción de la consecuencia del desastre? Ya no más la explotación de una clase a manos de otra, ni la tensión del débil contra el fuerte, sino más bien la denuncia de un sistema en constante peligro de fracasar, de naufragar en el error y en el fallo sistémico.
Ecología, cambio climático, crisis económica y financiera, todas las esferas humanas parecen estar al borde del colapso. La propia “naturaleza” colonizada ahora como un sistema que se perfecciona en su voluntad de entender-dominar, comprender-conservar, está en estado de crisis sistémica. El sistema económico, el financiero, construidos ambos según un conjunto estructurado que asegura su propia estabilidad, como un sistema entrópico que conservara su calor y se rigiera por matemáticas complejas. En el cálculo de las fuerzas productivas y consumidoras, el sistema falla, no es inclusivo, no absorbe bolsas de “pobreza”, “gettos” que quedan al margen del sistema, el cual “yerra” en la medida en que no puede gestionar el total de la población y el total de las fuerzas.
Toda contracultura afirma: “el sistema está en crisis”, toda tecno-política afirma: “nuestro sistema es estable”. Por tanto la lucha se ha desplazado a la tensión sistema-en-estabilidad vs sistema-en-crisis. Todos los poderes por venir asegurarán un sistema más estable, esa es la lucha.
Pero, ¿cómo hemos llegado a este plano de tensiones?, ¿cómo lo crítico y lo estable ha llegado a ser la referencia en la que juzgar las situaciones en todos los ámbitos?
Respuesta apresurada: el dominio de la interpretación tecno-científica de toda la realidad y su consecuente conversión en “sistema”, ofrece la posibilidad, cuando el paradigma es completamente dominante, de atacar sus tensiones en clave de fallo del sistema.
REALIDAD = SISTEMA
(Lo real es sistémico y lo sistémico es real)
Lo real es lo que entra en el universo explicativo de un “sistema”. Pero no en un sentido filosófico, como cuando hablamos de sistema kantiano o cartesiano. Sistema es la entidad técnico-científica atravesada de estructuras explicativas matemáticas y físicas, creadas desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días.
La estadística y las matemáticas complejas son las herramientas que circundan las poblaciones, como la estructura molecular de un gas al calentarse o las ondas sonoras que viajan por el aire.
Sin embargo, la indeterminación connatural a estas explicaciones genera toda una suerte de incógnitas indeterminadas y prefiguran las posibilidades del desequilibrio, del desbordamiento de las unidades cuantificables. La exuberancia de las variables y su continuo crecimiento hace que los sistemas no se plieguen al sueño de castrarlas introduciéndolas en el resolutor universal de toda la realidad: “la informática”.
El computador es la promesa de equilibrar todo sistema mediante la resolución de todas las variables, y su conducción al equilibrio. El precio es la reducción de toda la realidad a la lógica tecno-científica, al sistema.